Objetivo
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El objetivo principal de la OSSXXI es conseguir una realización de las obras a tocar lo más fiel posible a lo que creó el compositor. Esto parece a simple vista una frase obvia y evidente, pero no lo es.
El punto crucial es que hoy en día se le da una importancia excesiva a lo que se llama una interpretacion personal donde lo importante es, como se acostumbra a decir, lo que tu hagas de la obra, y cuánto más personal y original mejor.
Esto suena aparentemente bien pero detrás de ello se puede esconder un peligro evidente: ¿he llegado a conocer la obra en todos los diferentes aspectos esenciales que la constituyen? o al menos, ¿los máximos posibles? Nos referimos a la cantidad de estructuras existentes en las diversas formas que la constituyen como la estructura rítmica, melódica, armónica y métrica por un lado, y por el otro lado también hacerse consciente en cada momento de la afinación justa, del balance, o sea, el orden de prioridad de las diferentes voces, para llegar finalmente a lo más grande, sutil y esencial que hay que descubrir en toda obra musical: el fraseo, entendiendo con ello la relación de tensión y distensión que se va creando al relacionar mi consciencia los sonidos entre sí.
Para llegar lo más lejos posible nos ayudamos de la escucha y estructuración del mundo afectivo a través de sonidos llamada fenomenología musical.
Esta fue desarrollada principalmente por Sergiu Celibidache, director y pedagogo rumano de la segunda mitad del siglo pasado y con quién nuestro director, Jordi Mora, estudió largos años.
Ella nos lleva a hacernos preguntas esenciales sobre la música y la forma de llegar a ella de una manera profunda, consecuente y todo ello sin ningún atisbo de especulación teórica, poniendo en cada momento la práctica, la realización real, como finalidad.
La fenomenología nos enseña que en toda obra musical todo está relacionado con todo, las partes individuales más pequeñas con los arcos de más grandes dimensiones, y al ir escuchando progresivamente todas ellas, se va profundizando en la vivencia. Se intenta que nada se deje al azar y de esta forma se va descubriendo que las obras son maestras cuando sus compositores realizan una creación que en esencia tiene que ver con lo que somos: unidad.
La enorme multiplicidad de aspectos que una obra puede llegar a tener, son más fascinantes contra más formen estas partes parte de esa gran unidad concebida por el compositor, cada uno con su lenguaje personal y único.
Esto es la forma de trabajo que se intenta realizar en cada ensayo y en cada concierto de la Orquestra Simfònica Segle XXI.
La experiencia muestra que cuánto más se pone la consciencia en descubrir este cosmos fascinante que es cada obra musical, menos tiempo hay para especular con creaciones llamadas “personales”, pero que a menudo no hacen más que disimular lo que ignoramos.
Al contrario, poner tu persona al servicio de una escucha seria, donde todos nos vamos encontrando como grupo orquestal gracias a esa actitud, es lo que de verdad le da finalmente sentido a lo personal en toda su grandeza.
¡Bienvenid@!